miércoles, 14 de mayo de 2014

LA SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS EN LENGUAJE: EL DIALOGO ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA DOCENTE

           

El documento que se reseña a continuación corresponde a una ponencia de Gladys Jaimes Carvajal y Blanca Bojacá, miembros del Grupo de investigación “Lenguaje, Cultura e Identidad” de la Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje, la cual fue presentada en el VI Encuentro Iberoamericano de Colectivos Escolares y Redes de Maestros; en ella socializan las percepciones y conclusiones del grupo frente a su experiencia en los procesos de sistematización de las prácticas de aula relacionadas con la enseñanza y el aprendizaje del lenguaje y su incidencia en la transformación de las prácticas de los docentes y sustentan la importancia de establecer un punto de encuentro entre la teoría y la práctica como fundamento para la construcción de conocimientos pedagógicos y didácticos, planteamientos que comparto con las autoras.

Desde la investigación en didáctica de la lengua materna y, específicamente, desde la perspectiva del grupo de investigación, la sistematización es entendida como un proceso orientado hacia la construcción estructural de un fenómeno, en este caso particular, de cómo se llevan a cabo las experiencias pedagógicas y didácticas relacionadas con el lenguaje como objeto de conocimiento, con el propósito de ser descritas, comprendidas, analizadas y transformadas, para lo cual es indispensable tener en cuenta tanto las finalidades como las intencionalidades de una mediación específica y otros aspectos relevantes como quiénes intervienen, cuál es su participación en el proceso y las características del contexto, entre otros.

Es fundamental reconocer que el desarrollo de procesos de sistematización de las prácticas de aula posibilita la construcción de unos saberes propios del quehacer docente relacionados con la selección de experiencias significativas y su documentación, la caracterización el contexto de realización de la experiencia, la identificación de los esquemas de acción (qué se hace y cómo se hace), la caracterización de los problemas de aprendizaje y el establecimiento de un dialogo entre la teoría y la práctica.

Así mismo, al constituirse como una actividad investigativa, la sistematización permite a los docentes el desarrollo de competencias de investigación desde la perspectiva de la práctica reflexiva, dichas competencias se relacionan con las distintas fases de un proceso de investigación como lo son la identificación y sistematización de un problema y el diseño de un proyecto a partir de éste, la identificación de categorías de análisis que permitan comprender y explicar el problema; la realización de un estado del arte, desde la pedagogía y la didáctica, sobre el problema que se identifica y la propuesta de actividades interrelacionadas que contribuyan a la comprensión del problema y sus distintas relaciones y, además, las competencias para sustentar dicho problema, generar resultados y elaborar un informe de investigación.

En ese sentido, puede decirse que por un lado, la sistematización propiamente dicha responde a las preguntas sobre el qué se hace, cómo se hace, por qué se actúa de esta manera y qué finalidades se persiguen en términos de los aprendizajes escolares y que, por otro lado, su carácter investigativo responde a las preguntas sobre cómo resolver el problema identificado y con cuáles procedimientos metodológicos se pueden lograr su compresión y la transformación de las prácticas relacionadas con él.

Por ello, la sistematización como proceso de investigación y reflexión sobre la práctica se desarrolla en tres fases: planificación, ejecución y autorreflexión o reflexión en colectivo; y su implementación posibilita a los docentes “tener mayor grado de conciencia sobre sus creencias, conocimientos y competencias profesionales y, en general, mayor experticia sobre la teoría y la práctica” (2009:7).

Finalmente, cabe resaltar que debido a que la sistematización requiere y promueve el trabajo colaborativo, la conformación de redes de maestros constituye una estrategia fundamental para el desarrollo de estos procesos de investigación y para la construcción y divulgación de conocimientos pedagógicos y didácticos.

De esta manera, las autoras exponen y sustentan la importancia de lo que denominan “el diálogo entre investigación y práctica” en los procesos de sistematización, razón por la cual, la práctica reflexiva constituye un eje articulador de la organización curricular y la investigación pedagógica y didáctica.


Beatriz Elena Parra Ortiz
Mayo de 2014


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